Cuando se cumplen 95 años de la muerte de Luis Montoto Rautenstrauch queremos dar a conocer una de las muchas cartas que muestran el profundo pesar que causó su pérdida. En este caso el de una Santa.
Para poner en relación a la Santa y al escritor católico (no en vano fue notario del arzobispado de Sevilla muchos años) hay que acudir al hijo de Luis Montoto de nombre Cástor.
Cástor Montoto de Sedas nace en Sevilla en 1893 y muere en la misma ciudad en 1981. Cursó los estudios primarios en los escolapios de Sevilla, estuvo después unos años en el seminario sevillano, y tras comprobar que Dios no lo llamaba por ese camino, y en la misma ciudad, cursó los estudios de derecho. Se preparó y obtuvo, mediante oposición, plaza de notario, siendo sus destinos El Puerto de Santa María, unos años en Alcalá de Guadaira y vuelta a El Puerto, donde se jubilará.
Cástor Montoto conocerá a Sor Ángela a través de la familia de don Pedro Parias, muy de devota de ella (Luis Parias aparece como testigo en el proceso de beatificación de la santa), y a cuyos hijos preparó para la comunión; desde entonces trató asiduamente a la futura santa, visitando con frecuencia y solicitando sus consejos y oraciones. Desde El Puerto mantenían una correspondencia regular en la que Cástor se muestra su aprecio por las hermanas y especialmente por la Madre, que le correspondía llamándole su “ahijado espiritual”.

Este afecto recíproco permaneció durante años como se puede comprobar por las cartas remitidas por la Santa (ocho conserva la familia), siendo esa veneración compartida por toda la familia. El que ésto escribe recuerda emocionado la asistencia en Sevilla a la multitudinaria beatificación de la Santa por San Juan Pablo II en 1982.


En este contexto descrito hay que poner la carta que envía Sor Ángela a Cástor, de fecha 6 de septiembre de 1929, donde dice: “He recibido su carta y le prometo rogaré a la Sma. Virgen, tanto por la salud de su padre, como por la otra necesidad que me que me encomienda para que en todo se cumpla la voluntad de Dios”.
Como muy bien exponía la Santa se cumplió la voluntad de Dios, y Luis Montoto muere el treinta de septiembre de 1929; inmediatamente, el día uno de octubre, Sor Ángela escribe la carta que se adjunta y de la que destacamos estas palabras: “Acabamos de recibir la triste noticia del fallecimiento de su Señor padre (Q.S.G.H.) y me apresuro a enviarle ésta, haciéndole presente la parte que tomamos en su pesar y justo sentimiento, en la pérdida de un padre tan bueno y virtuoso”.
No cabe duda que la zapaterita Santa conocía la valía, intelectual y humana, del que fuera denominado por Manuel Siurot (otro gran escritor cristiano) como Patriarca de las Letras Andaluzas.
Un más amplio estudio sobre la relación de Cástor Montoto y Santa Ángela, donde se expone la actuación del éste último en el proceso de beatificación de la primera, se encuentra pendiente de impresión en una publicación extraordinaria.
Juan de Dios Montoto Sarriá