Santiago Montoto

Biografía 

El amante de todo lo sevillano, el escudriñador de todo lo que engrandeciera el nombre de Sevilla, el escritor que dio a conocer las glorias sevillanas en multitud de artículos por todo el universo, Santiago Montoto de Sedas, nace en Sevilla, en la antigua judería, en la calle Levíes, un 24 de abril de 1890.

Su padre, Luis Montoto Rautenstrauch, el ilustre patriarca de las letras andaluzas (Manuel Siurot dixit), había nacido en Sevilla en 1851, y a pesar de ser de una familia recién llegada a la capital andaluza será su amor a Sevilla una de sus señas de identidad literaria, llegando a ser cronista de la capital andaluza.

Santiago Montoto criado en un ambiente literario, pues su padre frecuentaba varias tertulias aparte de contar con una excelente biblioteca, aunque estudia derecho pronto hará pinitos literarios. Escribirá poesía inicialmente, y aunque continuó esporádicamente, pronto optará por los estudios históricos, tanto literarios como de arte.

Ejerció la abogacía durante un corto periodo de tiempo y fue elegido concejal por el partido conservador. De su etapa concejil, donde al parecer actuó un tanto a su aire en su único mandato electoral, sus iniciativas destacadas fueron el establecimiento de una biblioteca popular en Triana (1917) que se clausuró durante la Segunda República, y la elaboración junto a su correligionario Rodríguez Rivas de unas Ordenanzas Municipales del Ayuntamiento de Sevilla (1918).

Santiago Montoto

Su interés por los estudios históricos le hacen formar parte de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla a partir de 1918 (como secretario), lo que le permitirá una buena amistad entre destacados mecenas del arte como el Duque de Alba o el Conde de Aguiar, y, por otra parte, estar presente en acontecimientos como el descubrimiento del Dolmen de Soto o en importantes actuaciones en Itálica.

Entre 1924 y 1928 va a escribir cuatro obras de ficción (tres novelas y un relato corto) con foco en la sociedad bon vivant sevillana que merecen una revisión.

Por estos años publica trabajos sobre genios de la literatura española como Góngora, Lope de Vega o Bécquer, éste último será su poeta preferido, sobre el que constantemente publicará artículos en prensa, incluso un guion de cine, pero no llegará a publicar una obra de conjunto que varias veces había anunciado.

En 1938 con Sevilla en el Imperio y en 1940 con Las Calles de Sevilla, ambas posteriormente reeditadas, publica sus dos primeras obras de gran calado investigador.

En 1941 es elegido académico correspondiente de la Real Academia de la Lengua, ya lo era de la de Historia, de la San Fernando y de la Academia Sevillana de Buenas Letras.

En los años cincuenta empieza un programa en Radio Nacional de España que lo hará famoso en toda Sevilla, su nombre será Sevilla en la historia y la leyenda, título que tomará Rafael Raya Rasero como título de un libro, pues como explicó en una entrevista en Diario de Sevilla empezó a amar a Sevilla después “De escuchar el programa de radio de don Santiago Montoto. Empezaba la sintonía del espacio –Sevilla, de Albéniz– y yo lo dejaba todo, incluso los juegos, para escucharlo”.

Por esos mismos años, y ya prácticamente hasta su muerte, inundará la prensa, especialmente el ABC de Sevilla con multitud de artículos donde Sevilla será el eje sobre el que gire el texto escrito, radiado o mediante conferencias.

 

En 1969 da por fin término a su obra más elaborada, Fernán Caballero, con el subtítulo elocuente de Algo más que una biografía. El material con el que contó, mucha documentación personal, principalmente cartas, gracias a la colaboración de la familia Osborne de El Puerto de Santa María, da un gran acercamiento al personaje.

En 1970 da a conocer su última obra Biografía de Sevilla, también reeditada, que tuvo una gran acogida en la Feria del Libro sevillana de ese año.

Junto a Daniel Pineda Novo, fue un discípulo declarado de Santiago Montoto, el recientemente fallecido, Antonio Burgos, quien en multitud de artículo lo dejó patente.

Muere en 1973, el entonces considerado patriarca de las letras andaluzas Santiago Montoto, y Sevilla le dedicará una calle, pero eso ya es otra historia.

Su obra sigue siendo de obligado estudio en muchos temas, y ello lo demuestra que en bibliografías sobre Bécquer, Fernán Caballero, Murillo y por supuesto Sevilla, su nombre siga presente.

Baste citar como pincelada de su importancia para el conocimiento de la capital andaluza, que la que fuera alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, comentó en una entrevista en Diario de Sevilla en 2013, que para conocer Sevilla había que conocer sus calles y que ella tuvo como libro de referencia Las calles de Sevilla de Santiago Montoto.